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Carta abierta de Juan Gaspar Leal.

La Vega del Lugar de Perales es un enclave hortícola junto al pueblo que milagrosamente se ha salvado de la destrucción por la construcción que venía sucediendo hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria.  En la última década vecinos y asociaciones ecologistas han conseguido frenar los intereses especulativos del equipo municipal y la comunidad de Madrid, denunciando las irregularidades en sus proyectos.

No obstante, a pesar de ser zona inundable, de valor agrícola y paisajístico en ella ya está aprobada la construcción de una plaza de toros con garaje y centro comercial y se pretende urbanizar por completo si finalmente se llega a probar un plan general.

Hace unos meses una subvención gestionada por ARACOVE dentro del plan Lider con  95000 euros está sirviendo para empezar a convertir la vega en un trozo más del entramado urbano, a pesar de la decisión judicial que impide urbanizar y las protestas de los hortelanos afectados.

Con la excusa de arreglar el camino, el ayuntamiento y sus seres queridos, están pasando una vez más por encima de los vecinos y el territorio municipal.  Dado que la obra no alcanza los 12000 euros no tienen la obligación dar explicaciones, ni sacar la obra a concurso, ni de hacer si quiera un proyecto.

La obra aparece recogida una memoria valorada que se puede pedir en el ayuntamiento, firmada por el  arquitecto municipal Javier García Moruno, un documento que parece sacado del rincón del vago en la sección de desconocimiento del medio 2º de la Eso. En él además de unas fotos aparece no hay mucho más que un listado de materiales a comprar y un breve prólogo de palabrería estándar: que van respetar la agricultura tradicional, que están desarrollando el pueblo y demás. Este documento carece de un explicación de qué van a hacer y cómo va a quedar la obra terminada, simplemente abre la veda a las máquinas y los tejemanejes políticos.

Empiezan las obras y sin avisar ni consultar con nadie se han producido cortes en el abastecimiento de agua de riego en plena temporada de verano,  entubado y soterramiento de caces; destrozo de los muros de piedra que sujetan los bancales; la tala de los granados, saúcos , higueras y chopos; la inundación de huertas; lindes y boquerones destruidos por las máquinas, o la elevación del camino un metro por encima del que había  para dar paso a una finca del exalcalde, son algunas de las consecuencias de estas obras.

Mientras, se despilfarran 95000  euros que podrán a disposición de los vecinos farolas, papeleras, paneles explicativos en medio del campo, un camino elevado y ensanchado por el que caben dos coches, al que sólo le falta el asfalto para ser una carretera, y una obra privada en una antigua huerta convertida en solar, que según nos informó el arquitecto municipal carece de licencia.

Repasemos el proceso: alguien capta una subvención  con el objetivo de “hacer el pueblo más atractivo al turismo y promocionar la agricultura tradicional” pero al final los resquicios y el silencio administrativos, la escasa imaginación de los ayuntamientos para financiarse más allá del ladrillo, la ignorancia generalizada las leyes y de nuestros derechos, y la indiferencia de la mayoría   convierten  el propósito inicial en una manera de abrir paso a lo de siempre.

En el caso de Perales se ve bastante claro, como no pueden empezar a construir en la Vega del Lugar porque no hay planeamiento urbanístico aprobado, van empezando a convertir la vega en solares y  escombreras, con carreteras y farolas  por lo que pueda pasar.